Mi vecino me dijo que dejara de cocinar comida con mal olor… y luego se volvió personal

Me mudé hace poco a un piso nuevo en una casa de cuatro plantas. Tengo dos vecinos. Uno de ellos es una familia joven con dos hijos, y mi otra vecina es una mujer de mediana edad, María, que vive sola.

Pensé que me llevaría bien con ellos, ya que nunca había tenido problemas con mis vecinos en mis viviendas anteriores. Sin embargo, mi optimismo cambió repentinamente tras un extraño incidente con la vecina.

Sólo con fines ilustrativos

Un viernes por la noche, estaba cocinando la cena cuando llamaron al timbre. Me sorprendió ver a María en la puerta. Empezó a quejarse de que el olor a ajo que salía de mi piso la molestaba a través de la pared. Dijo que era tan fuerte que no podía disfrutar de su programa favorito y me pidió que la próxima vez no usara tanto ajo.

Me quedé atónita, pero no dije nada y simplemente me olvidé del incidente. La semana siguiente, preparé mi pasta favorita con pollo y ajo. Unos días después, para mi sorpresa, el casero apareció en mi puerta. Dijo que alguien se quejó y me criticó por un “problema de olores recurrentes”.

Sólo con fines ilustrativos

La solución

Al principio, me enojé porque mi vecino me había tratado a escondidas y me había puesto en esta situación incómoda. Luego empecé a pensar en una solución que pudiera resolver la situación.

Así que la siguiente vez, cuando cociné la misma comida, fui hacia María y le dije con una sonrisa: “Tal vez estabas molesta porque la comida olía demasiado bien y solo querías probarla”. Luego le entregué un plato del plato que había estado cocinando.

Sólo con fines ilustrativos

Todo cambió

Ella pareció sorprendida, pero tomó mi plato y me invitó a pasar. Luego comenzó a contarme sobre su infancia, cuando una de sus comidas favoritas era el pan de ajo.

Pero a su marido no le gustaba el olor, así que no ha preparado comida con ajo en décadas. Cuando yo preparaba mis platos, recordaba cuánto le encantaba y se frustraba porque solo le importaba el sabor de su marido.

Sólo con fines ilustrativos

Al día siguiente, María me dejó una nota de agradecimiento en la puerta, diciendo que la comida estaba deliciosa. Desde entonces, siempre le he preparado una porción, e incluso a veces cocinamos juntas.

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*