A menudo, la gente juzga innecesariamente sin conocer la historia de alguien. Este fue el caso de María, quien trabajó a diario para darle a su hijo la mejor oportunidad de un futuro brillante. Un día, María demostró que las suposiciones de todos estaban equivocadas.
La vida de María siempre había sido una ardua batalla. Provenía de un entorno humilde y, a pesar de sus mejores esfuerzos, siempre parecía llevarse las de perder. Dedicó su vida a asegurar que su hijo, Aiden, tuviera la mejor educación posible.
Trabajaba como conserje en una empresa de limpieza y a menudo le costaba llegar a fin de mes. María trabajaba 12 horas diarias para asegurarse de poder alimentar a Aiden y que estuviera bien cuidado. Cuando tuvo la edad suficiente, lo envió a un buen internado en las afueras.
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“Voy a trabajar muy duro para asegurarme de que puedas ir a la universidad. Mamá te tiene cubierto, ¿de acuerdo?”, le dijo a Aiden antes de que subiera al autobús. María se aseguraba de escribirle a Aiden siempre que podía.
Años después, Aiden destacó en ciencias y le contó que tuvo la oportunidad de observar a un médico en un consultorio. Decidió que eso era lo que quería ser de mayor. Aiden también le contó a María que conoció a una chica llamada Linda mientras observaba a un médico y que habían empezado a salir.
“Recuerda que algunos de nosotros podemos venir de la nada, pero eso no significa que no podamos ser algo”.
Resultó que Linda era hija de otro médico de la consulta que Aiden había visitado. «Mira, hijo, no quiero que te rompan el corazón. Pero Linda viene de una familia adinerada, y su familia podría menospreciarte», le escribió María a su hijo.
“No te preocupes, mamá. Ella sabe de dónde venimos y no le importa. Me quiere tal como soy. Créeme, ya verás”, respondió Aiden. Aiden y Linda siguieron juntos después de graduarse de la preparatoria y asistieron a la misma universidad.
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Una vez que María conoció a Linda, comprendió por qué Aiden la quería tanto. Linda era humilde y no la juzgó ni siquiera cuando supo dónde trabajaba. Cuando Aiden le reveló que él y Linda se habían comprometido, María le dio su bendición de inmediato.
María decidió organizar una fiesta de compromiso en un restaurante local para celebrar y conocer a los padres de Linda, Hugh y Elizabeth.
“No creo que eso suceda, María. Mis padres son muy estirados, así que cuando supieron de los antecedentes de Aiden, no le dieron su aprobación”, reveló Linda.
Después de un tiempo, Hugh y Elizabeth, a regañadientes, dieron su bendición a Aiden y aceptaron pagar la boda. La ceremonia fue bastante extravagante. Linda lució un vestido de novia de diseñador que le había regalado su abuela. El pastel era enorme, y Hugh había contratado a un chef famoso para el catering.
María finalmente tuvo la oportunidad de conocer a Hugh y Elizabeth, pero no la trataron con amabilidad. Cuando le preguntaron qué título tenía, María respondió: «No pude terminar mis estudios porque el padre de Aiden me dejó criarlo sola».
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“Bueno, si no nos hubiéramos esforzado, no podríamos haberle dado a Linda todo esto”, respondió Elizabeth con rudeza. Hugh y Elizabeth tenían invitados VIP, incluyendo empresarios conocidos de toda la ciudad. Cuando les preguntaron quién era María, parecieron avergonzados de revelar que era la madre del novio.
Tras los votos y los “sí, acepto”, fue el turno de las familias de los novios para dar sus discursos. Hugh y Elizabeth fueron los primeros en subir al escenario para felicitar a los recién casados por su unión. Luego revelaron su regalo, lo que sorprendió a Aiden y Linda, ya que Hugh ya había pagado la boda.
“Lo sentimos mucho. Te hemos maltratado desde el momento en que te conocimos”.
“Sabemos que ambos están buscando casa y que pronto se mudarán juntos. Así que vamos a pagar todos sus muebles y electrodomésticos”, reveló Huge.
“Una vez que encuentren una casa, estará completamente amueblada”, añadió Elizabeth. El regalo fue recibido con aplausos por los asistentes. Hugh y Elizabeth observaron con orgullo la reacción. Junto al escenario estaba María. Muchos invitados comenzaron a susurrar y murmurar, pues todos esperaban un regalo bastante barato en comparación.
María se secó una lágrima de alegría al felicitar a los recién casados. No le importó el juicio. Simplemente estaba orgullosa de su hijo y su nuera. Pero lo que dijo a continuación impactó a toda la fiesta nupcial.
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“Trabajé toda mi vida y ahorré para pagar tu matrícula universitaria porque sabía que sería cara. Luego decidiste que querías ser médico, y pensé: ¡Vaya!, aún más cara “, bromeó María.
Se dio cuenta de que Hugh y Elizabeth se reían de ella, no con ella. María buscó un sobre en su bolso antes de continuar.
Lo curioso es que, de todas formas, conseguiste una beca para estudiar medicina, así que ni siquiera necesitaste todo el dinero que ahorré. Así que ahora que estás a punto de doctorarte y te vas a casar con esta joven brillante, ¿qué mejor manera de felicitarte que comprándote una casa? —reveló María.
Toda la fiesta nupcial se quedó boquiabierta cuando María abrió su sobre y les entregó un juego de llaves a Aiden y Linda. Todos se pusieron de pie para aplaudir, mientras que Hugh y Elizabeth quedaron atónitos. Al terminar la ceremonia, Hugh y Elizabeth se disculparon con María.
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“Lo sentimos mucho. Te hemos maltratado desde que te conocimos. Nos disculpamos por juzgarte. Realmente nos has demostrado lo extraordinaria que eres”, le dijo Elizabeth a María.
“Sólo recuerda, algunos de nosotros podemos venir de la nada, pero eso no significa que no podamos ser algo”, respondió María.
A finales de año, Aiden terminó su doctorado y se incorporó a la consulta de Hugh para trabajar como médico. Aiden insistió en que María se jubilara de su trabajo como conserje. Hugh y Elizabeth hicieron lo mismo poco después. Linda le organizó una fiesta de jubilación a María, y Aiden le compró un coche nuevo para agradecerle todo.
Pronto, Aiden y Linda tuvieron sus propios hijos. María vivió como abuela de los niños, un papel que compartió felizmente con Hugh y Elizabeth.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
No te tomes a pecho los juicios negativos . A María solo le importaba la felicidad y el éxito de su hijo. No permitió que el juicio la deprimiera y, al final, demostró que todos sus escépticos estaban equivocados.
Nunca se sabe por lo que alguien ha pasado. Hugh y Elizabeth tenían una idea errónea de quién era María, basándose en que era conserje. Al final, se dieron cuenta de que María era tan trabajadora y digna de respeto como cualquier otra persona.
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Esta pieza está inspirada en historias de la vida cotidiana de nuestros lectores y escrita por un escritor profesional. Cualquier parecido con nombres o lugares reales es pura coincidencia. Todas las imágenes son solo para fines ilustrativos. Comparte tu historia con nosotros; quizás cambie la vida de alguien.
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