Un hombre está seguro de que su esposa murió hace 3 años y la conoce accidentalmente durante unas vacaciones – Historia del día

Un hombre queda atónito cuando, tres años después de la muerte de su esposa, él y su pequeña hija la reconocen mientras están de vacaciones.

Sam Jordan aún estaba conmocionado por la pérdida de su querida esposa, Jenny, en un terrible accidente automovilístico. Jenny había fallecido tres años antes, dejando a Sam solo a cargo de la crianza de su pequeña hija Mia, de dos años.

La vida se había convertido en una pesadilla para Sam, lidiando con su propio dolor y el de Mia. Le tomó más de tres años sentir que él y Mia habían logrado lo que podría llamarse, vagamente, una vida “normal”. Y fue entonces cuando decidió llevar a Mia de vacaciones.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash

Sam decidió que una escapada de dos semanas a la soleada California sería un merecido descanso de su ciudad natal, Colorado. Encontró un buen alojamiento en Venice Beach, cerca del mar, un lugar animado y colorido que Mia podría disfrutar.

Padre e hija se adaptaron rápidamente al ritmo pausado de las vacaciones y establecieron una rutina diaria de ir a la playa por la mañana, almorzar y luego hacer turismo por la tarde.

Entonces, una tarde, ocurrió algo extraordinario. Sam y Mia habían parado a comprar helado cuando la niña, que ya tenía cinco años, gritó: “¡Papá, soy MAMÁ!”. Y en segundos, Mia desapareció, abriéndose paso entre la multitud en el paseo marítimo.

Sam dejó caer el helado y echó a correr tras Mia, y la alcanzó a cien metros. “¡Mia!”, exclamó, “¡Sabes que no puedes huir de papá!”.

—¡Pero papá, es mamá! —jadeó Mia sin aliento—. ¡Está ahí mismo! —Y señaló a una pareja que estaba un poco más adelante mirando unas artesanías.

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Sam se puso de pie y tomó las manitas de Mia entre las suyas. “Cariño, sabes que mamá se fue al cielo…”

Pero Mia negó con la cabeza con terquedad. “No, papi, reconocí a mami por la foto de mi pared. ¡Es mami!”. Sam estaba a punto de explicar una vez más que Jenny se había ido cuando la mujer que Mia había señalado se dio la vuelta.

El corazón sabe dónde pertenece.

Sam sintió como si le hubieran sacado todo el aire del cuerpo. ¡Era Jenny! ¡O alguien que era su gemela! Sam se puso de pie y se acercó a la mujer, tomando a Mia de la mano.

Cuando estaban a solo unos metros, Mia se soltó y la abrazó por la cintura. “¡Mami!”, gritó. “¡Ay, mami! ¡Sabía que eras tú!”

La mujer miró a Mia y frunció el ceño. Luego, alzó la vista hacia Sam y una expresión de desconcierto se dibujó en su hermoso rostro. Sam estaba a punto de disculparse cuando el hombre que estaba a su lado se giró.

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¡Era Clive! Su mejor amigo, Clive, a quien no veía desde el funeral de Jenny. “¡Clive!”, gritó. “¡No te lo creerías!”. Pero algo andaba muy mal, porque Clive parecía aterrorizado y agarró del brazo a la mujer que se parecía a Jenny.

“¡Tenemos que irnos!” gritó.

La mujer que se parecía a Jenny pareció sorprendida. “Sam, ¿qué te pasa?”, le preguntó a Clive. ¿Sam? ¿Pensaba que Clive era SAM? Sam dio un paso adelante y le puso una mano pesada en el hombro.

“¿Qué pasa aquí, Clive? ¿Quién es esta… señora?”, preguntó.

La mujer que se parecía a Jenny sonrió. “Soy la esposa de Sam”, dijo. “Soy Jenny”.

Mia, que aún rodeaba la cintura de la mujer con los brazos, gritó triunfante: “¡Ya ves, papi! ¡Es mami!”.

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“¿Mamá?”, dijo la mujer, tocando suavemente el rostro de Mia. “¡Ojalá lo fuera! Siempre quise una niña… La iba a llamar… Mia”.

“¡Soy Mia!”, dijo la niña. “¡Y tú eres mi mamá, y ESE es mi papá!”

Clive estaba pálido como la muerte e intentaba zafarse del agarre de hierro de Sam. “¡No es lo que crees!”, gritó. “No lo planeé, simplemente sucedió…”

“¿Qué pasó?” preguntó Sam.

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“Después del accidente… Sabes, el coche quedó tan quemado… Hicimos el funeral…”, dijo Clive. “Una noche, estaba viendo un programa nocturno sobre personas desaparecidas y mostraron la foto de una mujer que habían encontrado. ¡Era Jenny! Tenía algún tipo de lesión cerebral… No recordaba quién era, pero por las lesiones y las quemaduras, los médicos pensaron que había sufrido un accidente grave. Entonces recordé cómo Jenny siempre recogía a las jovencitas que hacían autostop… Supongo que fue ella quien murió en el coche, y Jenny salió despedida.”

“¿Por qué no viniste a verme?”, gritó Sam enojado. “¡Mia y yo estábamos de luto por ella, teníamos tanto dolor!”

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Clive no podía mirar a Sam a los ojos. “Amaba a Jenny. Lo sabías cuando empezaste a salir con ella. Me la quitaste, así que la recuperé…”

Jenny escuchaba esto en un silencio horrorizado. “Tú… tú me dijiste que eras mi esposo”, jadeó. “Dijiste que mis sueños con una niña eran fantasías… ¡ME MENTISTE!”

Clive se encogía de miedo ante su ira, y Sam, con calma, llamó al 911 y a la policía. Más tarde, se sentó con Jenny y Mia y empezó a ordenar el desastre que la obsesión de un hombre había convertido en sus vidas.

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Sam le explicó a Mia que a mamá probablemente le tomaría mucho tiempo recordarlo todo y le instó a Jenny a tener paciencia también. Jenny simplemente sonrió.

Durante estos tres años siempre sentí que algo andaba mal. Sam, o mejor dicho, Clive, me decía que lo amaba, que era mi esposo, pero algo no iba bien. —Tomó las manos de Sam y Mia—. ¡Ahora siento que el mundo finalmente vuelve a la normalidad!

Y poco a poco, lo hizo.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• El corazón sabe dónde está. Aunque Clive le dijo a Jenny que era su esposo, su instinto le decía que algo no andaba bien.
• Nunca pierdas la esperanza, porque la felicidad puede volver a tu vida. Sam se había resignado a su soledad cuando reencontró a su esposa.

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Este relato está inspirado en la historia de nuestra lectora y escrito por un escritor profesional. Cualquier parecido con nombres o lugares reales es pura coincidencia. Todas las imágenes son solo ilustrativas. Comparte tu historia con nosotros; quizás cambie la vida de alguien.